El ciclo de la vida a través de las emociones
El tiempo y las emociones

Es un clásico que en muchas familias se detengan las conversaciones “porque empieza el tiempo” en la televisión, y cada vez tienen más visibilidad los aficionados a la meteorología que publican fotografías y datos relacionados con este tema en las redes sociales.
¿Y por qué una psicóloga habla del tiempo?
Bueno, en parte porque, además de psicólogas, también somos personas y nos interesa lo mismo que a la mayoría, en este caso el tiempo.
Y también porque el clima y los fenómenos meteorológicos tienen una gran incidencia en nuestro estado de ánimo, que responde a las inclemencias del tiempo como lo haría cualquier otro organismo vivo, si hacemos caso a los numerosos estudios que se han realizado al respecto.
Y también porque, para qué negarlo,
hace un calor infernal.
Tal y como la mayoría habremos notado, los cambios de temperatura, la humedad, las horas de sol o el viento, entre otros factores ambientales, inciden en cómo nos sentimos y cómo nos comportamos.
Como nuestro cerebro está diseñado para registrar los cambios del exterior con el fin de adaptarse y sobrevivir, el clima es uno de los factores externos que más nos hace reaccionar. Por ejemplo, un exceso de calor nos produce irritabilidad, agotamiento, dificultades de concentración y una menor capacidad para tomar decisiones.
Mientras que durante las olas de frío se observa un aumento de la tristeza, el aislamiento social o el estrés físico. Así que si alguna vez nos sentimos con poca energía en verano o con menos ganas de salir en invierno, debemos pensar que simplemente estamos reaccionando a las inclemencias del tiempo y que nuestras reacciones son necesarias para la supervivencia en nuestro hábitat.
A pesar de que los cambios de humor y las reacciones psicobiofisiológicas frente a las variaciones climáticas son normales, también cabe mencionar que los especialistas hablan de la existencia de un trastorno relacionado con la dificultad de adaptarse a los cambios estacionales del tiempo, llamado trastorno afectivo estacional, es decir, la tendencia a sufrir alteraciones afectivas, especialmente de tipo depresivo, durante el otoño y el invierno, principalmente.
Así que, durante este caluroso verano que estamos teniendo, los cambios de ánimo y el cansancio son totalmente naturales, y solo podemos hacer una cosa: un buen abanico, mucha agua y, sobre todo, paciencia.

Si aceptas tus emociones, cambias tu vida.
Anna Romeu, colegiada nº 11336 del COPC
Psicóloga experta en educación emocional, trauma, adicciones y emergencias /Acompañamiento a Personas Altamente Sensibles / Autora de "Soc sensible"/ Representante española en EFPA, Crisis & Disaster Division.
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